Documental Rush hour: retrato de la violencia en el transporte público

Documental que refleja la gravedad de perder el tiempo, así como sus conflictos laborales y personales de tres ciudadanos en diferentes latitudes del mundo: CDMX, Los Ángeles y Estambul.

Con la premisa de que todo viaje comienza caminando y termina caminando, en el supuesto de que las condiciones sean favorables para realizar dicha actividad; hoy en día en las grandes urbes como lo es la Ciudad de México, dejar la comodidad de nuestros hogares y aventurarnos a descubrir la adrenalina de caminar  diariamente en una urbe llena de automóviles, tráfico, contaminación, edificios, inseguridad; es hoy en día una experiencia singular por todas las aristas que representa de acuerdo a cada ciudad en que habitamos y que poca veces nos ponemos a pensar en las dificultades del traslado de un punto a otro y de todo lo que conlleva en nuestro día a día.

Ante esta suma de lugares y trayectos que se imponen a voluntad sobre la vida de los individuos, o la ciudad como antípoda inhabitable estructurada por un poder ajeno a sus habitantes; esa es la praxis de Luciana Kaplan en su más reciente largometraje Rush Hour.

 

Documental que se basa en una narración intimista sobre el acontecer de tres ciudadanos, dos mujeres y un hombre, asentados en tres latitudes del mundo: la Ciudad de México donde predomina la violencia e implica salir de tu casa sin saber si volverás; Los Ángeles y las complicaciones de una pareja debido a los largos traslados a sus trabajos; y Estambul, la lucha de una madre al tener que trabajar y no poder estar con sus hijos.

El común denominador que tienen los protagonistas es que se cuestionan realmente si están renunciando a la esencia de sus vidas ante la rutina con la que deben cumplir.

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La realizadora Kaplan menciona que más allá de dar soluciones, pretende abrir la ventana  del dialogo entre la ciudadanía y las autoridades.

“Hace unos años tenía una persona que trabaja en mi casa cuidándome a mis niños, y en las pláticas que yo tenía con ella, me comentaba que para llegar a trabajar tenía que transportarse por más de dos horas, y entonces ahí comencé a pensar en lo difícil que es trasladarse en las grandes ciudades, ella vivía en Ecatepec y yo en La Condesa. El documental no habla precisamente sobre el tiempo que se pasa en el transporte, sino más bien del desgaste emocional por el que pasan las personas, todo el esfuerzo mental por el que pasan para llegar al destino”, aseguró Kaplan.

A través de 80 minutos, el documental refleja la gravedad de perder el tiempo, ya que el público puede identificarse de manera emocional  con los personajes, así como con sus conflictos laborales y personales.

En el documental  también se plantea la posibilidad de que la gente pueda imaginarse una vida diferente, el beneficio que habría de que su escuela y trabajo les quedara cerca, evitando así el desgate emocional que viven actualmente.

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