¿Sabes como nació Ciudad Nezahualcóyotl?

En una ciudad de cartón y lámina que crecía entre pantanos, donde ni un árbol pintaba de verde el ocre panorama de los linderos del casi desecado Lago de Texcoco; en el cual surgían los primeros asentamientos humanos que le ganaban terreno a las tolvaneras y lodazales que eran parte del paisaje urbano de lo que se convertiría a la postre en uno de los municipios más poblados del país: Ciudad Nezahualcóyotl, en el Estado de México.

En 1940 habitantes emigraban a la Ciudad de México para buscar mejores condiciones de vida,  formados por campesinos del interior de la república en busca de una vida mejor, gente expulsada de las hacinadas vecindades de la capital del país y personas de bajos recursos engañadas por la publicidad falaz que enriqueció a fraccionadores con la venta y reventa de terrenos.

Llegaron familias enteras de Oaxaca, Michoacán, Jalisco, del mismo estado de México, atraídos por la transparente región en la que todos se esperanzaban: iniciaba el éxodo inagotable.

En los linderos del lago de Texcoco, se empezaba a conformar una nueva ciudad donde  cada año en época de lluvias se convertían en lodazales; porque la urbanización no miraba hacia allá y por supuesto no había un solo servicio. Ni un watt que iluminara las penumbras y ni una gota de agua potable para saciar la sed.

Para German Aréchiga, cronista oficial del municipio, menciona que en Neza enfrenta sus problemas y los fantasmas de un pasado en el que incluso la defensa de un cubo de agua era lo cotidiano. “Por eso tenemos fama de bravucones; cuando éramos niños tenías que ser bueno para tres cosas: jugar futbol, bailar y entrarle al “trompo” ( pelea).

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Los primeros pobladores se establecieron en la zona Oriente de la Ciudad de México. Y crearon las primeras seis o siete casas en los llanos que con el paso de los años se llamaría colonia las Virgencitas.

Los pobladores sufrieron muchísimas carencias, la más importante, sin duda, la del agua. La única fuente de agua potable en toda la zona era una llave conocida como “Lavadero el lodazal”. Todos los días, las mujeres de la zona llevaban sus cubetas hasta allá para recoger agua potable, o bien lavar su ropa en los charcos que se formaban alrededor de la llave.

También estaba el problema de la luz, que se tenían que robar de los postes más cercanos. Los vecinos, desde luego, se encargaban de conseguir o fabricar sus propios postes con palos que encontraban por allí. Tras reunir unos 30 postes, comenzaban el cableado.

Para 1959 ya existían 33 colonias en la zona, pero de los servicios básicos como pavimento, drenaje, agua potable y luz no había ni señal. Lo que durante años fue un terregal, poco a poco fue tomando forma de ciudad gracias enteramente a sus habitantes.

 

Mucho ha sucedido desde 1940, cuando seis o siete casas y sus valientes familias decidieron enfrentar a la naturaleza en su contra para moldearla su hábitat, que hoy en día siguen el pie de lucha por una mejor calidad de vida a través de su cotidianidad a la que se enfrentan a diario.

Amada por unos, odiada y discriminada por otros, NezaYork como se le conoce cariñosamente también, seguirá siendo parte fundamental de este gran mosaico cultural llamado México lindo y querido. Súbale, hay lugares..!!!

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Fotografías: Héctor García

 

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