La Cima es Ultraligera

Construir con sistemas ligeros es una tendencia que ya se ha implementado en las grandes construcciones de México y el mundo. 

 Por Olivia Toledo > @olitoledo

Uno de los principales involucrados en el desarrollo de tecnología para los más importantes rascacielos de esta ciudad y del mundo es la firma USG. Su patente de paneles y demás estructuras ligeras hacen de su sistema uno de los más eficientes ambientalmente, además de que logran reducir hasta en 40 por ciento los costos y el tiempo de trabajo con respecto al sistema tradicional. En otras palabras, en las cumbres arquitectónicas de la Ciudad de México (Torre Mayor, Torre Bancomer) llevan por firma tres iniciales.

Hasta ahora, México ha podido montarse bien en la tendencia mundial en diseño y edificación obras comerciales y residenciales: los sistemas ligeros de construcción. Y para muestra, tres iniciales: USG.

Para la firma United States Gypsum Company, líder del mercado a nivel mundial, innovar es una regla debido a las necesidades de sus clientes y el mercado, justo por lo cual la han llamado a participar en la construcción de varios rascacielos, entre los que se encuentran la Torre Bancomer y la Torre Mayor, en México, y la Willis Tower, en Estados Unidos.

Fernando Fernández, Vicepresidente Comercial de USG, recuerda que desde que la empresa creó el sistema del tablero de yeso, mejor conocido como tablarroca, hace ya más de 100 años, no han parado de reinventarse.

“Ahí arranca todo esto, ese fue el primer cambio radical en lo que es construcción a nivel mundial. “Lo que nosotros hacemos es vender sistemas, que es una gran diferencia (…), evolucionamos de vender productos a vender sistemas y ahora vendemos sistemas que generan mayor valor”, explica en entrevista.

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Por brindar soluciones arquitectónicas e ingeniería de vanguardia en el uso de energía, y la mínima afectación al medio ambiente, fue que los despachos Legorreta y Rogers Stirk + Partners invitaron a USG a contribuir en la construcción de la Torre Bancomer, que actualmente es el edifico más alto en la Ciudad de México, con 234 metros de altura.

“Fue una obra muy compleja, muy de altos vuelos, buscaban estándares altos en todo, desde la certificación LEED, que es muy reconocida, hasta últimas tecnologías. Entonces nosotros hicimos la especificación de muchas cosas.

“Tomamos el reto y ahí echamos a andar toda la maquinaria, sacamos todo el músculo (…). En el centro de investigación que tenemos en Chicago, donde tenemos muchos especialistas, nos ayudaron a entender que algunas áreas del proyecto necesitaban desarrollo puntual, había que hacer materiales específicos para la obra”, detalló Fernández.

Una de las más importantes aportaciones de USG a la edificación de la Torre Bancomer se registró en los cubos de elevadores, pues con el sistema Shaft Wall agilizaron los tiempos de instalación y minimizaron el riesgo de que los trabajadores sufrieran algún accidente.

“La parte más ruidosa de una obra es el cubo elevador: tienes que subir el material y para la instalación tienes que trabajar dentro del cubo, tienes que estar suspendido dentro del cubo para hacer la instalación y con el sistema Shaft Wall trabajas en el piso, porque el sistema es ligero.

“Evidentemente tenemos un sistema de metales que también fabricamos nosotros que vas metiendo a presión, los tableros de yeso los manipulas desde el firme, desde el piso, entonces pues eso es muy conveniente para el instalador y el contratista”, detalló.

En un proyecto como la Torre Bancomer, la estética y la funcionalidad de los materiales deben ir de la mano, por lo que una especificación en la que hicieron hincapié los arquitectos responsables de la obra fue en el tema anti-fuego.

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Por ello, subraya el directivo de USG, en la colosal construcción fue instalado el sistema de muros resistentes al fuego con tableros USG Firecode para que, en caso de que se registre un incendio, el material retenga las llamas y reduzca el paso del calor.

“Nuestros sistemas evitan la emisión de gases tóxicos en caso de incendio, nuestra tecnología en caso de incendio o ese tipo de contingencias tienen una tecnología de cero emisión de gases”, agregó.

Integrar sistemas de última tecnología que aportaron puntos LEED también fue esencial en la Torre Bancomer, pues la arquitectura sustentable fue una de las directrices.

“Ahora todo lo que tiene que ver con ahorro de energía empieza a tomar más relevancia. Cuando eres líder en la categoría de sistemas de construcción mundial estás obligado a seguir avanzando, en eso hemos acá avanzado mucho, nosotros tenemos muchas ventajas desde el punto de vista de huella de carbono (…), que es toda la energía que consume el proceso desde la materia prima hasta la venta de un producto.

“Al final, la huella de carbono está comprobadísima, uno de nuestros compromisos y de nuestras reglas de fabricación es que nuestros productos sean amigables con el medio ambiente y con la comunidad”, concluye.

Torre Bancomer y USG representan, en un caso concreto, un ejemplo de la conjunción de visiones para lograr el deseado equilibrio urbano entre el desarrollo urbano y la ciudad habitable.

FALTA NORMATIVIDAD

Involucrar la tecnología ligera en grandes construcciones, con el respectivo ahorro en costos de producción, tiempo de trabajo y consumos de energía, ya es una realidad en México, apunta Fernando Fernández, Vicepresidente Comercial de USG (United States Gypsum Company).

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Sin embargo, agrega, queda un trecho largo por recorrer, pues la principal área del desarrollo urbano (la construcción de vivienda) aún está vedada para los sistemas constructivos ligeros y continúa auspiciando sólo a la industria tradicional, y es tiempo de que se tomen decisiones firmes para hacer convivir a ambas industrias.

“Los sistemas ligeros de construcción son la cosa más dócil que te puedas imaginar, tienen muchísimas ventajas. Tenemos de todo y para allá va todo el sistema tradicional, pero nos tiene que ayudar un poquito más la normatividad.

“Con la normatividad en los conjuntos habitacionales, pues ellos no los prefieren (construcción ligera) y no están prohibidos ni nada, pero ellos están muy casados con el sistema tradicional. Nosotros buscamos que quien habite pues tenga una buena calidad de vida, condiciones agradables, nosotros creemos que debe de haber un poco más de conciencia. Si tuviéramos normatividades más claras…”, argumentó.

En México, recalcó Fernández, es necesario reforzar la normatividad en los materiales que se emplean en construcciones para evitar que se repitan tragedias como las ocurridas en la Guardería ABC y el Lobohombo.

“En obras gubernamentales y comerciales estamos viendo más avance con las certificaciones, lo vemos mejor, pero desafortunadamente con la vivienda no, ahí falta aún”, indicó.

Hoy, en tiempos de repensar la Ciudad de México para crear su primera Constitución, bien valdría la pena voltear al tema y abrirle un espacio a la construcción ligera en el área de vivienda, remata Fernández.

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