Se ha escuchado que la Ciudad de México fue construida sobre un gran lago y es cierto, este existió poco antes de la llegada de los españoles, cuando era llamado Tenochtitlán, los mexicas pudieron crear una base firme para su imperio al construir un sistema hidráulico constituido por diques los cuales formaron la laguna de México dentro del lago Texcoco, permitiéndoles contener el agua durante la temporada de lluvias.
El sistema hidráulico fue destruido durante la conquista, pero los mexicas lograron reparar una parte, lo cual no fue suficiente porque las inundaciones se volvieron a presentar, en el ahora llamado Nueva España.
El siguiente invento fue propuesto por los españoles, haciendo el desagüe del Valle de México, como lo llamamos ahora. Construido en el primer tercio del siglo XVII y terminado bajo el gobierno de Porfirio Díaz en 1900.
Miranda Pacheco quiere explicar en su investigación “Historia urbana y ambiental de la Ciudad de México en los siglos XIX y XX” el impacto que tuvo esta construcción en los niveles socioambientales, culturales y políticos.
La investigadora confirmó su hipótesis, que la ciudad favoreció el crecimiento de colonias para las zonas ubicadas en tierras más altas del lado poniente y aquellas en el lado oriente y nororiente no recibieron esta misma tensión.
Este no es un caso aislado, en la historia de la Ciudad de México podemos encontrar otros ejemplos donde los sectores de poder económico reciben mayor atención que los populares desde tiempo de la Colonia.
¿Por qué sucede esto?, en opinión de Miranda se puede sacar la respuesta si se analiza las ideas y las justificaciones bajo las que se han promovido las obras. Ella opina que:
“Yo percibo que hay una estructura que organiza esas acciones y reacciones, una estructura que está vinculada con el ejercicio del poder político y económico, que tiene impacto en las instituciones y que se manifiesta también fuera de las disposiciones de estas instituciones en un uso y apropiación del espacio sancionados por la costumbre y la ilegalidad”.
Al termino de la construcción, desagüe no cumplió con el problema que se suponía resolvería de inmediato, como las epidemias, en este caso de tifus.
El tifus es causado por varias especias de bacterias, este se transmite a través de picaduras de piojos, pulgas, ácaros y garrapatas.
La epidemia volvió a azotar a la Ciudad de México en 1907, especialmente en las zonas más empobrecidas, las cuales fueron abandonadas por la élite, como el viejo centro histórico o colonias aledañas a éste. Este problema no se tendría que haber presentado, porque se debió de haber puesto en marcha un programa que mejorara las condiciones de vida para estos ciudadanos.
El desagüe del Valle de México fue publicitado como la solución para acabar con los problemas de salud de la sociedad.
Como se había mencionado previamente, el desagüe del Valle de México permitió la expansión de la ciudad y una consecuencia fue el crecimiento de la economía, específicamente en el área de construcción y de los servicios. Lo que no se calculó fue el rápido crecimiento que tuvo la población.
Con el crecimiento de habitantes los problemas de las aguas residuales solo aumentaron, la solución que se dio fue la construcción de un drenaje profundo, que se empezó a construir en 1967 y se terminó en 1975 cuando se terminó el entubamiento de los ríos que aún corrían en la ciudad.
Con información de El Universal.