Ciudades resilientes

Ninguna urbe está exento de amenazas sociales, económicas o naturales y por ello, la resiliencia urbana debe ser una cualidad vital de las mismas.

Por Staff CM > @citymanager_

La Real Academia Española define “resiliencia” como la capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos, o bien, como la capacidad de un material, mecanismo o sistema para recuperar su estado inicial cuando ha cesado la perturbación a la que había estado sometido.

La urbanización y su desarrollo desmesurado han causado pros y contras en las ciudades de todo el mundo. Actualmente, la demanda de diseños urbanos apropiados, normas aptas y una planeación financiera sólida, son indispensables en el desarrollo del futuro para las urbes.

Dicho proceso, que se lleva a cabo en todo el mundo, ha generado nuevos obstáculos urbanos y ha convertido más complejos a otros que aquejan a las metrópolis desde hace años.

Entre ellos, tenemos elementos como: el deterioro al medio ambiente, los destrozos urbanos y las crisis humanas o naturales. Estos se asoman y juegan un papel fundamental en determinar cuáles son las ciudades resilientes trascendentales de la actualidad. Su característica principal es la capacidad para recuperarse tras una amenaza específica.

Tanto la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y otras asociaciones han luchado para que las ciudades trabajen y crezcan su capacidad de resilencia frente al impacto de todos los daños que puedan causar desastres naturales o humanos, tomando en cuenta  nos sólo la reducción de riesgos, sino la capacidad y velocidad que tiene una población de volver a una situación estable.

Cómo trabajar en ciudades resilientes

Gestionar mal los recursos, no contar con una planeación urbana eficiente, no mejorar la movilidad sustentable dirigida al transporte público y evitar una correcta gestión de los estudios, son factores que hacen que se concentran el 60% de las emisiones de gases que contaminan a las ciudades modernas.

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Esto, sumado a la falta de preparación y la desatención a la eficiencia energética en los edificios de las ciudades convierte a cualquier población en una localidad sin resiliencia, convirtiéndola en un lugar vulnerable y abierto al deterioro urbano.

Los “10 aspectos básicos de la UNISDR” (La Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres) es la metodología más común entre los gobiernos locales para aumentar la resilencia entre las ciudades del mundo, estas son:

  1. Gestionar la organización y coordinación para reducir el riesgo de desastres por medio de la participación de grupos ciudadanos y la sociedad civil. Esto debe garantizar que dichos sectores comprendan su papel y se dediquen a elaborar un perfil para la ciudadanía.
  2. Asignar un presupuesto para la reducción de riesgos y desastres naturales. Ofrecer incentivos bajos para que la ciudadanía acepte invertir para reducir el riesgo que representan dichas amenazas.
  3. Actualizar la información sobre peligros y vulnerabilidades que pueden representar los desastres humanos y naturales que acechan a las urbes.
  4. Invertir en infraestructura preventiva como canales de drenaje adaptados para lidiar con el cambio climático.
  5. Evaluar los sistemas de seguridad en escuelas, centros de salud, y de ser necesario, actualizarlos.
  6. Revisar, rehacer y hacer cumplir las normas de construcción segura y los principios de planificación para el uso de suelo urbano. Identificar áreas seguras y baratas para ofrecer mejores hogares a quien vive en asentamientos informales.
  7. Crear programas educativos sobre la reducción de riesgos naturales en escuelas y comunidades rurales y locales.
  8. Proteger y resguardar ecosistemas y barreras naturales para evitar inundaciones y otras amenazas que pueda hacer a una ciudad vulnerable.
  9. Instalar sistemas de alerta temprana y capacidades en gestión de emergencias para llevar a cabo periódicamente simulacros de preparación ante emergencias.
  10. Para después de una catástrofe. Garantizar que las necesidades de los sobrevivientes sean el eje de reconstrucción, apoyados en organizaciones comunales para el diseño y la aplicación de respuestas y la reconstrucción de sus hogares y medios de vida.
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Resilencia en México

Actualmente son 18 ciudades de 17 estados de la República Mexicana que recibirán apoyo de ONU-Hábitat y las instituciones gubernamentales de este país para desarrollar capacidades en resistencia y adaptación a los desastres naturales, económicos y sociales.

Ningún país está exento de una amenaza relacionada al cambio climático, a las fuerzas de la naturaleza, terremotos, lluvias o cualquier otro reto social o económico, es por esto que la resliencia urbana debe ser una cualidad vital en todas las ciudades, pensando que en un futuro, estas serán el hogar de la gran mayoría de la población que habita en el mundo.

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