Sólo algunas banquetas de la Ciudad permiten el disfrute a los peatones, la mayoría son su diario sufrir.
Fotos por Carlos Garza
A veces estrechas, otras tantas rotas o levantadas por la raíz de un árbol que reclama su espacio; en ocasiones zigzagueantes para eludir postes y jardineras o con declives y subidas por la entrada de una cochera; así son las banquetas en la Ciudad de México.
Aventurarse como peatón en ellas se convierte en muchos de los casos en una verdadera carrera de obstáculos, ya ni que decir si se posee alguna diminución visual o motora, se necesita un milagro para conseguir transitarlas.