A través de sencillos equipos de recuperación de agua pluvial se busca solucionar el problema de abasto.
Por Margot Cassani > @citymanager_
Dos de los principales problemas del agua en la Ciudad de México tienen una misma solución: la captación del agua de lluvia para su aprovechamiento humano.
Mientras que más de 250 mil capitalinos carecen de acceso a la red de agua potable y que al año gastan miles de pesos en pipas para tener el líquido, a la vez, en cada época de lluvias la Ciudad se inunda por el colapso del sistema de drenaje.
Fuera de la urbe, ya sea en la sierra o en el campo mexicano, hay comunidades marginadas donde pensar en tener agua potable al alcance de la mano, es un lujo.
El ambivalente problema: desabasto y sobresaturación, impulsó a jóvenes empresarios a promover una solución sustentable en la que apuestan por ganar-ganar: la captación de agua de lluvia en campo o ciudad.
Mediante el proyecto Isla Urbana, que fue tesis de la licenciatura de Diseño Industrial de los mexicanos Enrique Lemnitz y Renata Fenton, en la Universidad de Rhode Island, un grupo de jóvenes trabaja desde 2009 en la instalación de sistemas captadores de agua de lluvia.
Principalmente tiene presencia en comunidades del sur de la Ciudad como Milpa Alta, Tlalpan, y Xochimilco, donde han logrado aprovechar el agua pluvial, reducir inundaciones, disminuir el gasto en pipas y en pago del servicio, ahorro de energía para el bombeo, y la intención de recuperar acuíferos y preservar, a mediano, plazo mantos freáticos.
El sistema consiste en conducir el agua de la azotea mediante canaletas y bajantes a un filtro de hojas hecho a base de una malla de acero inoxidable; el líquido entra a un objeto llamado Tlaloque, que mediante un flotador separa las primeras aguas de lluvia, que son las más sucias, y con ello reducir hasta en 50 por ciento la concentración de contaminantes, así, se envía el agua más limpia a una cisterna.
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