Desde 1935, “El Moro” ha sido un lugar para disfrutar en familia, con los amigos y para después de la fiesta, y lo seguirá siendo por muchos años más.
Por Adriana Álvarez > @lyzalvarez_re
La historia de la churrería «El Moro» comenzó en 1933, cuando el español Don Francisco Iriarte llegó a la Ciudad de México para montar un carrito de churros en la plaza del Zócalo, posteriormente, cambió de ubicación y se instaló en Eje Central, justo enfrente de un negocio de comida que tenía como principales clientes a los obreros que trabajaban en la construcción de las edificaciones de la zona. El éxito del carrito de churros fue inmediato por servir como el postre perfecto para los trabajadores.
Dos años más tarde, el señor Iriarte logró comprar el local donde estaba dicho negocio de comida y lo convirtió en la primera churrería de la CDMX; fue así cómo se empezó a forjar la historia de tradición y sabor.
Los años pasan, pero el sabor y la tradición permanecen
La churrería «El Moro» se ha extendido a lo largo de la Ciudad debido a su creciente éxito, y aunque ha sufrido algunos cambios de imagen y remodelaciones, la decoración ha logrado mantener ese ambiente a pesar del paso de los años, convirtiéndolo en espacio público, amable, tradicional y distintivo de la gran capital mexicana.
El ligero color cálido de la pared y de la iluminación reflejan una atmósfera acogedora, que, según algunos empleados, va a cambiar para igualar los tonos blanco y azul del nuevo logotipo, que le dará al lugar un toque moderno sin perder el estilo característico.
Lo primero que podemos observar al acercarnos al comedor es el mosaico que exhibe el nombre del establecimiento sobre la puerta, al ingresar al local nos invade un delicioso y dulce aroma a churros y chocolate; el lugar se completa por la pared con mosaicos multicolores, adornada con los cuadros que guardan las fotografías que cuentan la historia del lugar.
«A pesar de las expansiones del establecimiento, la idea del cambio siempre ha sido para bien y para dar cada vez un servicio mejor» compartió Fabián Albarrán, actual coordinador de la sucursal del centro.
Los churros
Cuidadosamente elaborados por manos mexicanas, la churrería «El Moro» ha atendido con excelencia y amabilidad a todos aquellos que visitan el lugar.
“Tenemos todo tipo de clientela, desde las personas que conocen el moro desde hace 80 años, de toda la vida, hasta actores, políticos y gente VIP (…) al final de cuentas los churros son para todos” comenta el señor Fabián Albarrán.
El sabor y la tradición es lo que hace que los clientes sigan regresando a probar el platillo fuerte de la casa, que pueden ser preparados cariñosamente con chocolate de origen mexicano, español o francés, a tiempo, calientitos y con amabilidad.
Muy buena nota, felicidades
Excelente información!! Gracias por compartirla. Felicidades
Esta cool, ¡tenemos que ir!