Arrancaron las conferencias en ONU-Hábitat con la discusión de la urbanización como herramienta de desarrollo.
Por La Redacción > @citymanager_
El mundo enfrenta el crecimiento acelerado en las ciudades. En México se considera que cuatro de cada cinco mexicanos vive en ellas; este crecimiento se ha generado por el paradigma generalizado de la población que se mueve a las ciudades diariamente con la esperanza de hallar prosperidad económica y mayor futuro.
«La urbanización es un instrumento de desarrollo reconocido, sin embargo no hay normas democráticas claras y equitativas para distribuir el valor generado en las ciudades», dijo Joan Clos, director ejecutivo de ONU-Hábitat. «El reto es convertir esa esperanza en una realidad y orientar al desarrollo en temas de movilidad y accesibilidad de la población a los servicios de manera concentrada y compacta», continuó.
El reto de las ciudades es utilizar el urbanismo como una herramienta sustentable de orientar su crecimiento, y la buena urbanización bien planificada debe basarse en los principios del marco legal y sus normas de regulación, en su diseño propiamente físico y en el financiero. No se puede aspirar a una ciudad equitativamente desarrollada si solo se mide su evolución mediante la generación de riqueza. Urge que esa riqueza esté claramente y equitativamente distribuida en el territorio.
No se trata de frenar al sector privado, sino de colocarlo dentro de un marco regulatorio que permita una distribución equitativa de los recursos del territorio y un beneficio para toda la población. «La vivienda puede funcionar como un mecanismo para re ordenar el crecimiento», apoyó la política mexicana, Rosario Robles.
La ausencia de una política de distribución y adquisición del suelo, la cual es fundamental para avanzar en una política de desarrollo integrada, ha generado una creciente segregación social, la carencia de formas de adquisición de suelo ha orientado a la gente a ir a vivir a las periferias propiciando la expansión.
Logrando lo anterior podremos construir una ciudad con una sociedad conforme, sin embargo, es igual de importante establecer una política pública de desarrollo generada con la participación social, una participación vinculante en el que la ciudadanía colabore en la decisión y en la planificación del ordenamiento del territorio.
«Se debe pensar en el habitante y colocarlo en el centro de las políticas de desarrollo.»