Un secreto de esta gran ciudad: “Entre la urbe, un pueblo mágico y la naturaleza”

Esta semana “La Rojeña” por recomendación se fue de deriva 1 y se encontró con una gran sorpresa que describiré en las cortas líneas del día de hoy esperando que se animen a perderse por esta calle llena de secretos. 

Definitivamente esta ciudad nunca dejará de sorprenderme, tiene tantos secretos dentro de ella aún por descubrir, que creo no alcanzaría una vida para encontrarlos y con esta calle me cruce con uno de ellos; porque hay historias nuestras que todos conocemos por la única razón que se hacen evidentes a diario en nuestro ir y venir como las que les he ido de contando en semanas anteriores “LA METAFORA DEL RÍO BRAVO” y otras que no son tan evidentes por que no son nuestras historias vividas.

El misterio que guarda la calle Álvaro Obregón en la Alcaldía Magdalena Contreras no solo es un secreto sino muchos a la vez. El primero de ellos se revela tras el inicio de la calle cuando cambia su nombre de av. México a Álvaro Obregón y encontramos allí el primer escenario que da vida a una historia que hoy es un punto de reunión donde se intercambian distintas artes como la música, danza, artes plásticas y la literatura; como su nombre lo indica, hablo del Foro Cultural Contreras Elena Poniatowska Amor, que además es una gran área verde y deportiva. Escenario que me llevo a internarme dentro del espacio descubriendo su verdadero secreto. Pero esta historia no se queda allí,  empiezas a descubrir al caminar, algunos edificios que de inmediato llaman la atención por su valor histórico.

Así que recurres a distintas fuentes de las que tienes a mano, hablo de las fuentes orales y desde luego el internet de tu celular y descubres que eran las edificaciones de la antigua fábrica textil “El Águila” y que la zona se desarrolló precisamente por todas las fábricas textiles que se asentaron allí. Encuentras una relación más con otro escenario que caracteriza al lugar y es el natural; descubres que el río Magdalena único rio aún vivo de la Ciudad de México, tiene que ver con el gran secreto del escenario no solo actual sino el que se ha contado a lo largo de su historia.

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A la deriva vas caminando, a lo largo de la banqueta y ves una larga arcada antigua de adobe que se rellenó de tabique. Para divisar que ante mí se abre el siguiente secreto, el cual descubrí por una fuente que no es más que un remate visual que llama la atención de cualquier actor ajeno a la escena y  es algo que caracteriza a la calle y es que en todo su desarrollo siempre encontrarás un remate visual con tal fuerza que no puedes dejar de dirigirte a él para recorrer un nuevo lugar que se enlaza con este escenario principal

Tras este primer remate visual encuentras la antigua estación del ferrocarril Magdalena Contreras, que era parte de la línea del ferrocarril de Balsas; hoy conocido como Parque La Estación de Ferrocarril a Cuernavaca, donde luego de la fuente verás un mural de piedra del muralista Ariosto Otero que son característicos de toda la alcaldía, del cual  pocos y me incluyo conocemos. Aquí también encontraras un museo y lugares donde actores hacen su merienda después de recoger a los niños de la escuela.

Seguimos nuestro recorrido por donde la lógica nos indica, de eso se trata la deriva y esta es la misma dirección de los coches y no es coincidencia que el nombre de la calle siga este mismo razonamiento. La primera esquina que logra llamar mi atención y no solo por la escenografía de remate montada allí, sino porque la calle que ahí nace, llamada Fresnos es una calle de escaleras que me invita de inmediato a subirlas, primero para vivir la experiencia de las escaleras y segundo para descubrir lo que mi vista no alcanza a ver y al ir subiendo siento unas ganas de trasgredir los límites de lo público y lo privado, se abre ante mí una puerta que da a una calle interna y de inmediato viene a mi mente las películas y novelas con escenarios en ciudades islámicas donde aparecen las mujeres con burka y el misterio que envuelve toda esa escenografía, quiero ver el rostro de esa mujer, quiero ver tras esa puerta, no muchas veces tienes esa sensación de querer ver hacia dentro de la propiedad privada.

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Regreso a mi recorrido principal y en la siguiente esquina llegó a la calle de Alcantarilla, es el mismo esquema, una calle escalera y es que la pendiente predomina en el lugar; así que esto ya no llama mi atención, pero si lo hace el remate a lo lejos, se ve una iglesia pero además la calle me recuerda a unas películas con paisaje mediterráneo, con mucha vegetación en las fachadas predominando la buganvilia rosa.

De nuevo me salgo del camino y voy a la iglesia para descubrir que es la Parroquia de la Sagrada Familia, en este punto no sé si regresar o seguir por la calle que cruza por la iglesia, me regreso porque no quiero perder mi objetivo principal que es descubrir cada uno de los secretos que guarda el ir y venir de la Álvaro Obregón. De nuevo me cruzo con otra calle escalera, pero ahora llena de murales de colores vivos pintados en las paredes del remate visual y otra vez me invitan a salir del recorrido y así lo hago.

Regresando al camino me percato de algo, la banqueta es muy angosta, solo cabe una persona en ella y además hay postes atravesados lo que me obliga a bajar a la calle y a volverme a subir, giro para mirar atrás y me doy cuenta que toda la banqueta es igual y me pregunto ¿por qué el ancho de la banqueta no es tan importante en la calle Álvaro Obregón? Y después de una larga reflexión me di cuenta que tanto he interrumpido mi camino que esto se hace imperceptible en mi caminar y que los quiebres visuales que también observo refuerzan el engaño del que solo me doy cuenta porque un vehículo pasa en el momento en que bajo a la calle, también observo que tiene que ver con la altura de la banqueta, la escala que se maneja respecto a la fachada y ese sabor a pueblo mágico que acompaña la imagen urbana; así que hay muchos factores inconscientes que acompañan la percepción de seguridad y comodidad, no solo la antropometría que suele acompañar el discurso de los escenarios.

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De repente el escenario se vuelve a abrir y hay otro secreto por descubrir: la explanada de la alcaldía con su quiosco, una vez más me siento como en un pueblo de vacaciones o de visita en fin de semana y es lunes. Giro y de nuevo la iglesia y recuerdo la frase que todos los caminos conducen a Roma y es algo que pasa en este lugar precisamente, me di a la tarea de ir a la Parroquia de la sagrada Familia nuevamente y esta vez no regreso al recorrido sino continuo el tránsito por otra de las calles y oh! sorpresa regreso sin querer a mi ruta inicial. Avanzo hasta llegar a un punto igual o muy parecido donde inicie, un punto donde la calle se bifurca en dos y es exactamente donde la calle termina o como la lógica lo indica cambia de nombre.

El día de hoy me di cuenta de algo; no siempre son importantes los actores, de vez en cuando predominan los escenarios y este en particular es el caso, no importa lo que pase con los actores ni como se dé la movilidad, lo importante de esta calle ha sido, es y seguirán siendo los escenarios, que además siempre están envueltos de un paisaje natural de montañas y de un ruido permanente de agua, aunque no la veas, te recuerda una vez más el territorio sobre el que habitas “TERRITORIO DE AGUA”.

 

1.-Deriva: procedimiento situacionista, que se presenta como una técnica de paso ininterrumpidos a través de ambientes diversos. El concepto de deriva está ligado indisolublemente al reconocimiento de efectos de naturaleza psicogeográfica y a la afirmación de un comportamiento lúdico – constructivo que la opone en todos los aspectos a las nociones clásicas de viaje y de paseo. (Teoría de Guy Debord (1958), Texto aparecido en el # 2 de Internationale Situationniste. Traducción extraída de Internacional situacioncita, vol. I: La realización del arte, Madrid, Literatura Gris, 1999.)

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