Quien viaja en la Ciudad no tiene escapatoria: o se enfrenta a horas de congestionamientos, o sufre los apretones en el Metro, o bien, se expone a ser arrollado por andar en bicicleta.
Quien viaja en la Ciudad no tiene escapatoria: o se enfrenta a horas de congestionamientos, o sufre los apretones en el Metro, o bien, se expone a ser arrollado por andar en bicicleta.