En otras ciudades del mundo han comenzado a reducir el numero de cajones de estacionamiento, en CDMX no existe norma que ponga un alto.
Por Andrea Peniche > @aneapt
Mientras que en otras ciudades del mundo como Nueva York, Reino Unido, Paris, Ottawa y Sao Paulo se han comenzado a implementar estrategias para reducir la construcción de cajones de estacionamiento, en la Ciudad de México se continúan aplicando políticas ineficientes y viejas que no logran desincentivar el uso del automóvil.
La actual normatividad conocida como Reglamento de Estacionamientos Públicos del Distrito Federal entró en vigor desde 1991 y no ha sido modificada desde aquél entonces; ésta ley exige que por cada 31 metros cuadrados que se construyen de oficinas debe existir un cajón de estacionamiento, es decir, que nadie tiene límites para construir lugares para los vehículos.
Tan sólo basta comparar el rascacielos The Shard en Londres que cuenta con 72 pisos y únicamente dispone de 47 cajones de estacionamiento, mientras que la Torre Bancomer, ubicada en Avenida Paseo de la Reforma, se compone de 50 pisos y ofrece tres mil lugares para automóviles, sin importar que sea una zona perfectamente ubicada para utilizar el transporte público o caminar.
Es urgente modernizar la actual norma y fijar una postura que vaya de acuerdo con las necesidades actuales de movilidad. Por eso, ante esa situación, el Jefe de Gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, ha prometido que este mismo año habrá una renovación y estará encaminada a que el actual número mínimo de cajones de estacionamiento se convierta en el máximo, tal y como se hace en ciudades modelo, donde el uso del automóvil se ha reducido.
Inversión mal dirigida
De no cambiarse reglas, la situación empeorará cada vez más, pues se planea que en los próximos tres años se construyan 1.2 millones de metros cuadrados de oficinas que estarán «obligadas» a construir 40 mil cajones de estacionamiento como lo marca la ley. Se trata de una inversión de 7 mil millones de pesos que bien podrían ser destinados a la ampliación de la cobertura y capacidad del transporte público y otros corredores.
Según el Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO), esos recursos podrían destinarse a la construcción de 500 kilómetros de ciclovías o cuatro líneas de Metrobús de 20 kilómetros cada una, proyecto que beneficiaría a 500 mil personas sumados a las personas favorecidas con los cajones de estacionamientos que se están planeando.
Bernardo Baranda, director para Latinoamérica del IMCO, ha señalado la necesidad de actualizar la política de estacionamientos de inmuebles, pues el espacio destinado a estos debe ser dedicado a una movilidad más eficiente y que beneficie a mayor cantidad de personas, no solo a un sector de la población.
¿Qué hacen en otros países?
El mismo estudio del ITDP pone ejemplos.
Londres, Inglaterra
“El Reino Unido cuenta con un documento guía a nivel nacional que invita a sus ciudades a tener máximos de estacionamiento. Como resultado, algunos distritos londinenses abolieron los requerimientos mínimos y dieron entrada a los máximos”.
Seúl, Corea del Sur
En la zona central de la ciudad, el requerimiento de estacionamiento es de 10 por ciento con respecto al resto de la ciudad y se puede construir un máximo equivalente al 50 por ciento.
Seúl es el ejemplo más claro entre las ciudades asiáticas con un enfoque restrictivo del estacionamiento.
Nueva York, Estado Unidos
En 1982, la ciudad de Nueva York estableció un límite superior en el corazón de Manhattan, comprendido por los predios del Centro de Negocios al sur de la calle 96, para controlar el nivel ofertado de cajones de estacionamiento.
Como resultado, el número total de espacios en estacionamientos públicos se redujo de 127 mil a 102 mil de 1978 a 2010.
Zurich, Suiza
Como parte de una política llamada “Compromiso Histórico”, desde 1996 los estacionamientos públicos sólo pueden desarrollarse en ubicaciones específicamente designadas, siempre y cuando se hayan eliminado el mismo número de espacios de la vía pública.
Si la ciudad desea quitar espacios de la vía pública para generar nuevas plazas (como lo ha hecho), entonces dicho número de cajones puede ser construido en estacionamientos públicos. Por lo tanto, desde ese año, la cantidad de cajones públicos sólo puede mantenerse o decrecer.
Boston, Estados Unidos
Boston congeló el número de cajones de estacionamiento en 1976 con el objeto de reducir la congestión vehicular e incentivar el uso del transporte público. La política es controlada por la Comisión de Control de Contaminación del Aire (Air Pollution Control Commission, APCC) como parte del Acta de Aire Limpio de Estados Unidos (US Clean Air Act).
Se permite la construcción de cajones de estacionamiento de acuerdo con el límite superior compuesto por la cantidad existente y la reservas en un banco de espacios controlado por la Comisión.
París, Francia
En París se permite un descuento del 100 por ciento del requerimiento mínimo de estacionamiento a las construcciones que se encuentren en un radio de 500 metros de una estación de transporte público masivo.
Sin embargo, toda la ciudad se encuentra a esta distancia de una estación de metro, tren, bus o bicicletas públicas. Para los desarrollos habitacionales se tiene un máximo de un cajón por cada 100 metros cuadrados.