El rescate de espacios públicos puede ser pretexto para potencializar la diversión y dar un mayor valor a pedazos de urbe que están abandonados.
Como estrategia de acupuntura urbana, los juegos infantiles pueden complementar la rehabilitación de parques y pequeños sitios en toda la Ciudad de México.
Está comprobado que al rescatar espacios públicos se impacta directamente en la calidad de vida de las personas, pues da pie a que mejore la seguridad, la salud, la cohesión social y la convivencia familiar.
También se fomenta el urbanismo y la educación cívica, la equidad y la integración social, incluso la educación recreativa. Espacios públicos, como los parques, se transforman en aulas democráticas para menores de todos los estratos sociales, donde estimulan de manera espontánea el proceso de aprendizaje.
Generar identidad, el que aumenta la plusvalía de la zona
y la mejora de la estructura urbana son otros beneficios que se obtienen al rescatar los espacios públicos.
Los lugares formativos son el reflejo de la unión de esfuerzos de autoridades e iniciativa privada para que todo ciudadano tenga un espacio público seguro, activo y accesible.
Y así, lo que antes era abandono, ahora son áreas de diversión.
Los juegos infantiles desafían la mente y el cuerpo, además de que desarrollan la capacidad de los niños.
Son un respiro frente a opciones como los videojuegos y la televisión.
En la Ciudad de México, los juegos infantiles comienzan a ganar espacio.
Ya es común ver torres, resbaladillas, toboganes, túneles para gatear, piedras flotantes, pasarelas, puentes en arco, re- des para escalar, columpios para bebés o niños con capacidades especiales y pisos de caucho ecológicos.
También están los parques de bolsillo como modelo de rescate de lugares como la Plaza de la Constitución o el centro de Coyoacán.
El proyecto de Parques Públicos de Bolsillo contempla la intervención de aproximadamente 150 espacios a nivel de recuperación y renovación, a partir de áreas subutilizadas como predios baldíos, intersecciones viales y calles en desuso menores a 400 metros cuadrados.
En algunos casos no son juegos infantiles sino gimnasios para adultos.
Tan solo en Iztapalapa, la creación de parques de bolsillo con juegos infantiles permitió la recuperación de 33 espacios públicos, unos 59 mil 604 metros cuadrados, equivalentes a siete campos de fútbol americano.