Las experiencias y buenas prácticas internacionales son un referente para lograr que todos los niños y las niñas puedan ejercer sus derechos en las ciudades.
Por Gabriela Jurado > @gabsjur
El consenso en materia de derechos de la infancia, la consolidación global de la población mayoritariamente urbana, los compromisos definidos en los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Nueva Agenda Urbana, ubican a las ciudades y gobiernos locales en el centro del desarrollo de niños y niñas. Este contexto debe cambiar paradigmas sobre la imagen tradicional de tomadores de decisiones en materia de habitantes urbanos (ciudadano promedio adulto, varón), que participan en actividades económicas formales y que disponen de todas sus capacidades físicas y mentales, y mejorar el entorno en el que crecen y se desarrollan los pequeños. No existe una definición absoluta sobre lo que significa una ciudad amigable para la infancia.
En algunos contextos, en especial en urbes de países desarrollados, se enfatizan temas ambientales y físicos con mejoramiento de áreas recreacionales, parques y áreas verdes, así como el control del tráfico para hacer de las metrópolis más seguras. En las ubicadas en países en vías de desarrollo se presta más atención a mejorar el acceso de niñas y niños a servicios básicos. Las ciudades amigables para la infancia son sitios con calles para peatones, rutas protegidas para ciclistas, transporte público accesible y de calidad, parques y jardines a 10 minutos a pie con diversidad de elementos naturales, infraestructura que brinda apoyo familiar, centros infantiles, lugares de trabajo y esparcimiento cercanos. Además, existen prácticas representativas de la incorporación de las necesidades y derechos de la infancia en la gestión urbana. A continuación, se describen algunos casos que han resultado relevantes y dignos de mencionar.
EL CASO DE ITALIA
La iniciativa de este país inició con la Red de Ciudades Amigas de la Infancia de UNICEF (CFC, por sus siglas en inglés), y continuó con el programa nacional “Ciudades Sostenibles para Niñas y Niños” (Città Sostenibili delle Bambine e dei Bambini, CSDBB). Propuso el desarrollo en tres frentes: planificación participativa de niños y niñas para espacios físicos, intervenciones sociales y culturales; ayuntamientos infantiles que dan a niños y niñas un foro para participar en la toma de decisiones; e iniciativas para fomentar la movilidad independientei de niños y niñas (según información del Centre for Public Information, “The Child Friendly Cities (CFC) movement in Italy”, Centre for Public Information; centreforpublicimpact.org/case-study/city-of-children).
Italia diseñó el Plan de Acción para la Niñez y la Adolescencia, con el que el gobierno asumió la Convención sobre los Derechos del Niño; promulgó una ley que apoya el plan de acción en el país, solicitó un fondo nacional para niños y niñas para financiar proyectos locales, promovió proyectos interministeriales y actualizó las leyes pertinentes1. El premio CSDBB, iniciado en 1998, se consolidó y otorgó reconocimiento a municipios comprometidos con la mejora de las oportunidades para la infancia. Anualmente nominan tanto a alcaldes y alcaldesas como Defensores de los Niños, lo que requiere que éstos convoquen a un consejo municipal por lo menos una vez al año para discutir con niños y niñas las cuestiones que son más importantes para ellos. Las iniciativas locales ubican el bienestar de la infancia como el parámetro principal para hacer ciudades más habitables. Esto logró cambios institucionales, culturales y ambientales que forman los componentes innovadores de la experiencia italiana.
EN CANADÁ
Por otro lado, la experiencia de este país cuenta con diversas iniciativas, algunas orientadas a políticas públicas locales, a procesos participativos o a estrategias integrales, que incluyen el reconocimiento de autoridades locales.
ENTRE LAS EXPERIENCIAS MÁS RELEVANTES SE SELECCIONARON DOS:
• “Estrategia Edmonton Amigable con los Niños”, Edmonton. Se organizaron una serie de consultas con estudiantes de diferentes edades y el Consejo de la Juventud de Edmonton; la retroalimentación recibida inspiró la “Estrategia Edmonton Amigable con los Niños”. Ésta se basa en tres objetivos: promoción de la participación de niños, niñas y adolescentes, y el fortalecimiento de la conciencia general sobre los problemas de ellos; mejoramiento en el acceso a
los programas y servicios para todos los niños y jóvenes; y organización de políticas, programas e iniciativas de calidad centradas en la infancia. Cada meta contiene bloques de construcción que ayudan a monitorear los objetivos esperados (de acuerdo con The City of Edmonton Community Services, “Child Friendly Edmonton Strategy”, The City of Edmonton Community Services edmonton.ca/programs_services/ documents/PDF/ChildFriendlyStrategy.pdf.
• “Municipios Amigos de la Infancia” (Municipalité amie des enfants), Quebec. Es otra estrategia iniciada en 2009 que busca incentivar a municipios a consolidar ciudades para la infancia; desde su creación ha logrado que poco más de 20 metrópolis se acrediten. Para que un municipio disponga de este reconocimiento, debe de contar con un expediente que describa su programación en cuatro áreas: participación; ocio, recreación y seguridad pública; desempeño escolar, acceso y organizaciones comunitarias; y las intenciones para el desarrollo futuro.
Además de que debe acreditar haber adoptado una política municipal para las familias, celebrar el Día Internacional de la Infancia el 20 de noviembre de cada año; y crear, después de la acreditación, un sistema de seguimiento (según reporta Child Friendly Cities, UNI- CEF “Canada”, Child Friendly Cities, https://child- friendlycities.org/building-a-cfc/examples-of-cfc-ini- tiatives/canada/). Aunado a estas experiencias existen otras iniciativas innovadoras en países como Nueva Zelanda, Australia, Bangladesh, Nigeria, Filipinas, India, Alemania y Países Bajos, entre otras.
¿QUÉ PASA EN MÉXICO?
Todavía tiene muchas cosas por hacer en materia de derechos de la infancia en ciudades.
