Ecología como concepto físico pero también abstracto a partir de las reflexiones de Felix Guattati.
Por Miquel Lacasta > @miquelacasta
En un magnífico ensayo publicado en el número 8 de la revista New formations del filósofo y psicoanalista Felix Guattari, titulado Three Ecologies (Les Tríos Égologies en la edición original en francés de 1989), recogiendo el guante lanzado por Prigogine y Stengers, Guattari afirma:
“Paradójicamente, quizá sea de las ciencias duras (refiriéndose a la termodinámica, la topología, la teoría de la información, la teoría de los sistemas, la lingüística, etc.) de las que quepa esperar el cambio más espectacular respecto a procesos de subjetivación. Por ejemplo, ¿acaso no es significativo que, en su último libro, Entre le temps et l’éternité, Ilya Prigogine y Isabelle Stengers invoquen la necesidad de introducir en física un elemento narrativo, indispensable, según ellos, para teorizar la evolución en términos de irreversibilidad? Por tanto, mi argumento, a medida que se desarrollan las máquinas productoras de signos, de imágenes, de sintaxis, y de inteligencia artificial, es tal, que tengo la convicción de que la cuestión de la enunciación subjetiva emergerá enérgicamente. Eso significa una recomposición de las prácticas sociales e individuales que yo ordeno según tres ideas complementarias: la ecología social, la ecología mental (relacionada directamente con la psique, en esta conclusión final me remito a la psique como productora de patrones culturales, es decir la mente como receptáculo y emisor de códigos comunes que aceptamos normalmente como cultura, para proponer una ecología cultural) y la ecología medioambiental (Aquí es más fácil asumir que Guattari se está refiriendo a la “ecología de lo ecológico” según la definición canónica de ecología que se ha visto antes).”
Esta idea de lo social, lo cultural y lo medioambiental –lo natural o lo ecológico- se corresponde perfectamente con el origen del paradigma de la complejidad y los territorios emergentes, desarrollado aquí en escritos anteriores. Este marco, el de los territorios emergentes que toman la complejidad como reto, aplicado a la producción contemporánea de la arquitectura se estructura en estrecha relación con el proceso de subjetivación –de individualización- que empieza en los años sesenta del siglo pasado en términos generales y con la emergencia del término comportamiento que observamos cómo no en los sujetos, pero también sorprendentemente en la naturaleza y finalmente de igual modo en la arquitectura.
Ésta tríada ecológica de Guattari está referenciada históricamente con el periodo de los inicios de lo que se ha llamado la “Era post-industrial”, y que aquí he preferido llamar algunas veces como “La modernidad compleja”. La necesidad de estructurar una ecología social, cultural y medioambiental viene dada por la exacerbación de la individualidad socialmente responsable, una vez han caído las altas torres de lo ideológico.
En este sentido, el origen social, cultural y ecológico al que me he referido en términos conclusivos como orígenes de una nueva lógica estratégica en arquitectura tiene mucho que ver con el reconocimiento de la condición individual del ser humano –la subjetivación en palabras de Guattari-.
El texto de Guattari deriva rápidamente en una invocación a la idea de lo ecológico como modelo de comportamiento, de interrelación entre sujetos –especialmente la psique de éstos- y, por tanto, de creadores de un ecosistema.
Si tal como dice él mismo, hoy más que nunca la naturaleza se ha hecho inseparable de la cultura, puedo concluir que aglutinando la ecología social, la ecología cultural y la ecología medioambiental que propone Guattari, se abre un camino nuevo para relacionar urbanismo, arquitectura y paisajismo en una disciplina abierta en sus principios y operativa en sus decisiones.
De nuevo, aquello que entendemos como lo natural debe ser leído como un aliado de lo artificial, hasta llegar algún día a ser una sola realidad naturartificial. Una deriva de este concepto se puede encontrar en la investigación de las arquitectas Fiorella Bellora y Victoria Rucks.
Fuentes:
Publicado originalmente en el blog Axonométrica.