Conoce a los «olvidados» de la Ciudad, edificios con historia y pasado pero que hoy reposan y presumen su estructura fantasma.
Por Pablo Hernández Lodigiani > @Pablohelo
Frente a la construcción de rascacielos en corredores como Paso de la Reforma o Santa Fe, la Ciudad de México también alberga cadáveres inmobiliarios en espera de ser demolidos o rescatados.
Es un fenómeno urbano que se repite de diversas ciudades del mundo, sin que existan inventarios oficiales. Incluso en España se conformó un movimiento colectivo que persigue la localización y documentación de todos los desarrollos que murieron antes de tiempo, mediante una base de datos abiertos.
La Ciudad de México también carece de un catálogo de proyectos arquitectónicos o desarrollos urbanísticos inacabados, infrautilizados o vacíos.
Pero en el transitar citadino saltan a la vista dichas estructuras fantasmas, edificios públicos o privados en abandono, muchos de ellos inmersos en litigios de décadas.
Por ejemplo, para quienes conocen el cruce de Eje Central y Arcos de Belén ya no es extraño ver cómo el paisaje es dominado por un edificio inacabado de 15 pisos, que parece que estuvo en medio de una guerra.
Después de los sismos de 1985, solo quedó un esqueleto urbano, que en un inicio estaba proyectado para ser la Secretaría de Programación y Presupuesto federal, dependencia que ya ni existe.
El Gobierno capitalino lo intentó expropiar por adeudos de impuestos. Los primeros pisos están reforzados, pero aún así el concreto carcomido deja ver su abandono.
Otro ejemplo es el inmueble vecino de la Glorieta de Insurgentes. Sus muros silentes son ícono de la desaparición de los cines monumentales, pero en su época fue símbolo de modernidad. Fue abierto en 1941 y podían estar casi 3 mil personas sentadas viendo películas.
El famoso Cine Insurgentes se convirtió en un cadáver inmobiliario con la construcción de la Línea 1 del Metro. Todavía hasta hace poco sólo servía para sostener anuncios panorámicos. Ahora ni eso, pues están prohibidos por la Ley de Publicidad Exterior y el proyecto de nodo publicitario con pantallas Leds que apenas alcanzan a iluminar la estructura.
Así, la documentación de cadáveres inmobiliarios debería ser también un esfuerzo colectivo en la Ciudad de México para mostrar esos edificios o construcciones que no alcanzaron su cumbre o bien sí lo hicieron, pero ahora su presente yace en interiores destruidos o fachadas desastrosas.