El agua es factor determinante para el desarrollo tanto económico, político y social del ser humano, sin embargo también puede ser una amenaza latente para la población y un “dolor de cabeza” para empresarios y gobernantes.
Por Staff > @citymanager_
La contaminación del agua puede representar epidemias y enfermedades crónicas, esto según el estudio de Citlalli Aidee Becerril Tinoco, investigadora del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) adscrita al Centro Interdisciplinario de Estudios Metropolitanos (Centromet).
La especialista en evaluación del impacto ambiental señala que en México la contaminación del agua es un problema grave ya que en el país hay 260 sitios clasificados como fuertemente contaminados, la mayoría se localizan principalmente dentro de las cuencas hidrológico-administrativas: Aguas del Valle de México, Balsas, Lerma Santiago-Pacífico, Pacífico-Sur y Península de Baja California.
Otra de las especificaciones en el estudio es que las ciudades mexicanas tienen diversos grados de contaminación, tanto de los cuerpos de agua superficiales como de sus acuíferos. Sin embargo hay ciudades que se han convertido en casos críticos, por ejemplo, Pachuca, en donde el agua se ha contaminado con cianuro (muy usado en la actividad minera) y aunque la minería ha disminuido, los restos de los materiales utilizados para esta actividad siguen teniendo efectos negativos, tanto en el agua como en la salud de la población.
Otro caso severo es el de Lerma, Estado de México, en donde el río Lerma se ha contaminado por las descargas de aguas residuales, industriales, desde la cabecera del río y sigue su curso con distintos grados de contaminación, a lo largo de la cuenca Lerma-Chapala-Pacífico.
La Ciudad de México, donde cada día se contamina el agua que se usa con fines domésticos e industrial, es un ejemplo de contaminación, y una de las soluciones es importar agua limpia de otras cuencas y exportar las aguas negras hacia la zona del Mezquital.
El costo de la contaminación del agua
Según el estudio, el costo monetario es complejo de determinar; sin embargo, también se ve reflejado en la degradación del ambiente, en afectaciones a la salud, en pérdida de biodiversidad tanto al interior de las ciudades como en la periferia, en los olores provenientes de las alcantarillas y percibidos de manera constante por la población, la contaminación de cuerpos de agua subterráneos por la infiltración de contaminantes; además del mal aspecto que llegan a tener los cuerpos de agua superficiales.
Para aminorar el coste, los especialistas recomiendan combatir la contaminación de agua, ¿cómo? Al no permitir que se regresen aguas de desecho sin tratamiento previo a los cuerpos de agua. Además de invertir en el tratamiento de agua y en el mantenimiento de las plantas tratadoras de aguas residuales y domésticas. Asimismo, es necesario invertir en educación, investigación (tanto de ciencias ambientales, ciencias sociales, ciencias duras, ingenierías e innovación) y en campañas para el cuidado de los cuerpos de agua. También es importante hacer campañas de reforestación y recarga de acuíferos, ya que al reducir la contaminación del aire y suelo disminuye la contaminación del agua.
Aunque estas medidas son altamente costosas (las que tienen que ver con el tratamiento de aguas residuales y domésticas), vale la pena invertir en ello. Hay otras acciones que no tienen un valor tan elevado, pero su complejidad radica en la importancia de ser constantes y no permitir que los periodos de gobierno afecten la continuidad de los proyectos.
En el mundo
En los países nórdicos, el pago de impuestos se usa, entre otras cosas, para el tratamiento del agua en las zonas urbanas y como resultado se tienen ríos y lagos limpios, con belleza natural y paisajística, además de espacios sanos que pueden ser utilizados, sin peligro para la salud de la población, para actividades recreativas y atracción de turismo.
En Suiza, por ejemplo, el agua tratada, vertida nuevamente a los lagos, regresa con alta calidad, con calidad de agua potable, que incluso podría ser ingerida sin que cause afectaciones a la salud.
¿Cómo se mide la contaminación del agua?
Esta medida se basa en los estándares establecidos por La Norma Oficial Mexicana (NOM-127-SSA1-1994) que instaura los límites permisibles de calidad y los tratamientos de potabilización del agua para uso y consumo humano, que deben cumplir los sistemas de abastecimiento públicos y privados o cualquier persona física o moral que la distribuya, en todo el territorio nacional.
Por ejemplo, el agua abastecida no debe contener E. Coli (una bacteria) en ninguna muestra de 100 ml. Mientras que en sistemas de abastecimiento de localidades con poblaciones mayores a 50 mil habitantes estos organismos deben estar ausentes en el 95% de las muestras tomadas en un periodo de 12 meses. Además deberá tener ciertas características físicas y organolépticas que se describen en dicha norma.
Esta norma divide la calidad del agua en tres categorías:
- Agua que cumple con la norma NOM-127-SSA1-1996 que fija los parámetros para la calidad potable.
- Agua que no cumple con algunos parámetros de la NOM (principalmente se encuentra fierro y manganeso en estas aguas), pero cuyo consumo no afecta a la salud debido a que no causa efectos adversos a la salud si se ingiere.
- Agua con problemas de calidad que solo es apta para labores domésticas, pero que no debe consumirse.
¿Qué se puede hacer en casa?
- Separar los residuos sólidos que desechan y esta acción se refleja en el tipo de residuos que llega a los depósitos de basura y rellenos sanitarios, cuando los hay.
- Evitar verter aceites al agua que se desecha.
- Disminuir el consumo de botellas de PET (aguas, refrescos, jugos, etcétera), estos materiales, al ser desechados, se incorporan a los materiales contaminantes de ríos y mares y el volumen de PET en estos es sorprendentemente alto.