Puebla, Estado de México, Tlaxcala, Nayarit, son entidades de la República Mexicana cuyas manchas urbanas crecen sin control en faldas de volcanes, poniendo en riesgo a miles de personas.
Por Juan Carlos Machorro > @juanmachorro
Una tendencia está poniendo en riesgo a cientos de miles de personas. La mancha urbana crece sin control en zonas de alto riesgo, como son las postrimerías de volcanes en México. Casos claro de ello son las zonas urbanas de Puebla, Tlaxcala y Estado de México que están junto al volcán Popocatépetl, así como Colima y Nayarit en el occidente nacional, situación que las autoridades no han buscado frenar.
En el caso del estado de Nayarit, la invasión ha llegado hasta las zonas donde hay volcanes en crecimiento, lo que representa un potencial peligro, señaló el doctor en ciencias en el área de geología de la UNAM, Hugo Delgado.
Dijo que “lo que tenemos que hacer es darnos cuenta dónde están los volcanes activos, estudiarlos y saber el tipo de actividad que desarrollan. Las ciudades que claramente están al pie de volcanes o invadiendo sus laderas son Tepic (Nayarit) y también Guadalajara (Jalisco), que invade la Sierra de la Primavera”. (Mira el atlas de riesgo de Tepic)
Además, indicó que de los desarrollos inmobiliarios que ya invaden los volcanes son bien conocidas varias comunidades que tienen una gran cercanía con volcanes como algunas poblaciones en Puebla y en Amecameca (Estado de México) y municipios aledaños como es Chalco y Valle de Chalco. (Checa el plan de ordenamiento de Chalco).
“Se han realizado algunos estudios, pero con un carácter muy general, y lo que se requiere son análisis más especializados y mucho más intensivos porque hay mucha gente bajo riesgo, pero en casos tan particulares como los descritos, que involucran a capitales de estados de la República y capitales regionales económicas, se requiere una atención muy especial”, expuso.
La mayor responsabilidad de los vulcanólogos no es detener la actividad eruptiva, porque eso es imposible, pero lo que sí se puede hacer a partir de reconocer la historia volcánica de nuestro país, es anticipar la actividad que pudiera presentarse a lo largo y ancho de nuestro territorio por medio de herramientas tecnológicas, indicó el científico quien ha realizado estudios de volcano-tectónica en la región de Chapala, Jalisco.
Mencionó que prácticamente toda la ciudad de Tepic está rodeada de volcanes: «uno puede encontrar al volcán San Juan, pero enfrente de éste también se encuentra el de Sangangüey, por el otro costado igualmente se ubica el volcán Tepetiltic y el de la Primavera, que es un sistema volcánico grande y complejo que es el que ya está siendo invadido por la mancha urbana». Por ello, es muy importante advertir a la gente que debe tener cuidado porque estos volcanes pueden despertar en un momento dado y eso puede cambiar completamente la vida cotidiana tal como se conoce.
Los grandes volcanes como el Pico de Orizaba, el Popocatépetl, el Nevado de Toluca, incluso el volcán de Fuego de Colima se han destruido muchísimas veces. En el caso del Popocatépetl se ha destruido cuatro veces, por eso decimos que tenemos cinco volcanes, pero el Ceboruco es muy joven, tiene apenas 50 mil años”, indicó el corresponsal mexicano del Servicio Mundial de Monitoreo de Glaciares de la Asociación Internacional de Ciencias Hidrológicas de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
Expertos del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma México y el Servicio Geológico Nacional advierten que aunque los volcanes no hagan erupciones significativas, los riesgos para la salud humana son latentes y en el país en términos generales las personas en riesgo superan los 20 millones al ubicarse en los municipios aledaños a los colosos de fuego.
COMUNIDAD MEXICANA EN MÁS RIESGO A LOS PIES DE UN VOLCÁN
Los habitantes de Santiago Xalitzintla, en el estado de Puebla, México, son la comunidad del país más cercana a los pies de un coloso como es el Popocatépetl. Tiene una población de casi 3 mil habitantes. Esta población se ubica a 7 millas del Popocatépetl y se caracteriza porque ha sustituido el smog, la contaminación y el ruido de una gran ciudad por los rugidos, fumarolas y temblores de un volcán.
